Otra de las particularidades es el llamado flare. Este término, medido en grados, se refiere a la abertura (no confundir con “apertura”) o inclinación hacia el exterior de los extremos del manillar, respecto a la dirección, proporcionando un óptimo agarre que permite un mejor control de la bicicleta, en las partes más técnicas del terreno. Es decir, un manillar de gravel es más “abierto” y ancho en la parte inferior.
Una forma más, para mejorar el control y la ergonomía, consiste en el empleo de manillares anchos, comparados con los de una bici de carretera. Anchuras de entre 40 y 48 cm son habituales en esta disciplina ciclista.
También hay alguna bicicleta de gravel con manillar plano, aunque su uso es mucho menos frecuente, actualmente. En realidad, esta joven modalidad no está del todo definida y cerrada, existiendo cierta discusión sobre qué se considera una bicicleta de gravel. Para muchos ciclistas gravel es en realidad el recorrido, empleando la bicicleta más adecuada en cada caso.
El reach del manillar de gravel suele ser algo inferior al de carretera. Este concepto se refiere a cómo de lejos queda la parte más alejada, respecto al ciclista. Una cifra de reach (alcance) elevada va a hacer que el ciclista vaya más estirado, en una posición de carretera más aerodinámica. Es evidente que la medida de la potencia influirá también, de forma similar, en el alcance del manillar por parte del ciclista, sumándose las medidas de ambos componentes.
Por otro lado, tenemos el drop, la distancia entre la parte más alta del agarre y la más baja. En bicicletas de gravel la cifra y distancia suele ser menor, respecto a las bicis de ruta, propiciando una acción de la palanca del freno más fácil. Un drop más bajo también hace que sea más cómodo ir agarrado a la parte inferior del manillar al estar, de alguna forma, más cerca del ciclista.
Para facilitar aún más el agarre y propiciar una posición más erguida, algunos manillares tienen elevadas las zonas por las que se sujeta. A esta elevación se la denomina “rise”. Siempre hay que tener en cuenta que esta elevación se suma a la que pueda producir la potencia, dependiendo de su forma e inclinación. Este rise puede llegar a ser de hasta 3 cm en algún modelo.
El manillar Specialized Hover Expert Alloy +15 es una buena muestra de la comodidad que puede ofrecer este componente, con una elevación de 1,5 cm.
En general, los manillares de gravel, al igual que los de carretera, tienen un diámetro de 31,8 mm en la zona que se acopla a la potencia, en el centro.
Lo mejor es siempre considerar en conjunto el manillar y potencia, aun cuando no sean integrados, pues hay muchas interacciones entre las diferentes características de estos dos elementos.
Tampoco hay que subestimar la colocación de las palancas de freno y de cambio, pues pueden influir, en gran medida, en la biomecánica, la comodidad, la seguridad y el rendimiento del ciclista.